Historia oculta

 

 

   

Umbrías fue, también, un monje hereje. Nació hacia fines del siglo IV y fue contemporáneo de otro monje hereje: el Obispo Auxencio de Milán. Ambos pertenecían al clero secular que formaban los predecesores de San Ambrosio de Milán.

Umbrías viajó a Rímini y allí conoció a Auxencio, que fue anatematizado por Hilario de Poitiers por hereje (Concilio de París contra la Iglesia arriana). Muerto Auxencio, su amigo huyó, volviendo a España e instalándose en Ávila. Durante un cuarto de siglo se produjeron revueltas -que casi siempre acababan en pequeñas batallas- entre los partidarios de Umbrías y sus enemigos, que le acusaban de mantener pactos con el diablo y realizar aquelarres.

El Papa San Bonifacio recibió noticias del desorden que había en España por la influencia del monje arriano y, temiendo que se expandiera por el resto del territorio, mandó una delegación de abates, bulderos y arzobispos. Dicha delegación partió en el 419 dJC. Al llegar a su destino, observaron la anarquía y el desorden que imperaban en el Aravalle. Decidieron edificar unas casas que dieron lugar a una congregación y al pequeño pueblo de "Casas del Abad". Tras una exhaustiva investigación, encontraron pruebas de prácticas de brujería contra Umbrías. Un tribunal compuesto por los abates y arzobispos sentenció al monje a morir en la hoguera.En los anales del archivo de Rímini, en la Biblioteca Capitolina en Roma y en los códices de la cofradía de Cluny se hace referencia a ciertos detalles relacionados con la leyenda, especialmente en torno al personaje de Umbrías

 

S. Ambrosio 340-397 

En cuanto a los primeros datos que se conocen de nuestra tierra nos debemos remontar hasta los vetones (165 A.C.), primeros pobladores de los que se tiene constancia.
   Vetonia era una región que comprendía toda la provincia de Salamanca (a la que en un principio pertenecieron tanto Tormellas como Navamures, como todos los pueblos de la zona), la mayor parte de la de Ávila, casi toda Cáceres, bastante de la de Badajoz, y una pequeña parte de la de Zamora. La organización política era un comunismo íbero. Existían 54 anejos, aldeas o clanes en el Castro de Barco, al que pertenecía Tormellas. El Castro se dividía en:
         - Cuarto o Sesmo del Aravalle: constituido por la tribu del Puerto, Gilgarcía y Umbrías, con sus anejos.
         - Cuarto o Sesmo de San Bartolomé o del Tormal: con la tribu de Navatejares, Tormellas, Navalonguilla, La Nava, Los Llanos y La Aliseda con sus anejos.
         - Cuarto o Sesmo de San Pedro o Caballeruelo: con la tribu de La Lastra, Aldeanueva, Caballeros y Encinares con sus correspondientes anejos.
         - Cuarto o Sesmo de Santa Lucía: tribu de Santa Lucía, La Carrera y El Losar, con sus anejos.

   En el 27 A.C., previa pequeña dependencia de los cartagineses, Augusto dividió la península en tres provincias, Tarraconense, Baética y Luxitania, agregándonos a ésta. Como capital de Lusitania Augusto nombró a Emérita (Mérida).

   La comarca perteneció durante algunos años a los Alanos, posteriormente a los Nervasios, Suevos, Árabes, hasta que en 1085 nos incluyeron en el reino de Castilla (algunos años pertenecimos al reino de León). Durante el reinado de Alfonso VI fuimos regidos por el Adelantado Mayor de Béjar, y posteriormente cuando creó el Señorío de Valdecorneja para su hija doña Urraca formamos parte de éste, dependiendo del Barco que a su vez dependía en lo militar de Ciudad Rodrigo y en lo administrativo y civil de Salamanca, ésta situación continuó así hasta 1833.
   En 1822 se dividió a España en 52 provincias y se suprimió la de Ávila, restableciéndose las actuales en 1833. Este mismo año pasaron varios pueblos de la provincia de Ávila a la de Salamanca y viceversa entre ellos el partido del Barco. En 1860 se discutió un proyecto en el que se suprimía de nuevo la provincia de Ávila y se creaban dos: Pico y Gredos, pero no llegó a realizarse, de ser así hubiéramos pertenecido a la provincia de Gredos. Desde 1833 ya no ha habido más cambios hasta nuestros días.
   El 20 de junio de 1996 la Junta de Castilla y León declaró la zona Parque Regional

(sacado de "Fisiografía e Historia del Barco de Ávila", de D. Nicolás de la Fuente Arrimadas)

Estos parajes fueron camino imperial cuando Carlos I se retiraba, después de su abdicación al Monasterio de Yuste. Cuentan que en su paso por el Aravalle le presentaron a un hombre que tenía la enorme habilidad de llenar un cántaro de judías arrojándolas a la boca desde larga distancia. Carlos I se sintió muy admirado y premió al hombre con una fanega de judías y 4 cántaros.