Historia oculta

 

 

   

La vida de San Martín de Tours fue escrita por Sulpicio Severo hacia el año 397. No está clara la fecha de su nacimiento, pero probablemente fuera hacia los años 316-317, en Savaria, Hungría. A los diez años pide ser recibido entre los catecúmenos y dos años después sintió deseos de retirarse al desierto. Ya adolescente, a los quince años, es obligado por su padre a unirse al servicio militar. Por esta época se produjo el célebre hecho que hará trascender la fama de Martín: compadecido de un pobre que padecía frío en una jornada especialmente dura, rasgó su capa militar en la mitad y se la ofreció. Durante esta época, como los demás soldados, Martín tenía un esclavo (al que se dice que trataba como a un hermano)

A pesar de que sus fuerzas disminuyeron súbitamente y la fiebre hizo de él su presa, Martín no quiso dejar el cilicio que llevaba puesto y decidió seguir acostándose sobre ceniza hasta morir (se dice que predijo su propia muerte). Parece ser que Martín vio numerosas apariciones: del diablo en varias ocasiones, de ángeles, de Cristo, etc. Era muy aficionado al ayuno y a la oración constante, con cierto desprecio del trabajo manual, lo que unido a la dieta de raíces (en una ocasión estuvo a punto de envenenarse en su retiro de la isla Gallinaria al comer una planta venenosa) y al ayuno, explican claramente este afán por las visiones transcendentes.

S. Martín de Tours 316-397
Su carrera militar dura veinticinco años, luego de la cual deja las armas y se retira, cumpliendo así su deseo de consagrarse a Dios. Toma como maestro espiritual a Hilario de Poitiers. Predica en contra del arrianismo en Iliria y recibe a causa de ello un castigo  público. Vuelve a Italia y en Milán realiza una primera experiencia monástica retirándose a vivir en una ermita, pero el obispo Auxencio, que era arriano, lo expulsa de la ciudad.
Se instala luego, junto con un presbítero, en la isla de Gallinaria.

Alrededor del año 367 muere Hilario y en el 371 Martín es elegido obispo de la sede de Tours. Como obispo, Martín desarrolla una labor  “misionera” incansable,que consistió sobre todo en la destrucción de santuarios de otras religiones,  además de múltiples exorcismos.